El símbolo del sol ocupa un lugar central en todas las tradiciones: el astro luminoso da vida, luz y calor y, por tanto, es por derecho propio la epifanía suprema de lo divino.
Dante afirma que "no hay cosa visible, en todo el mundo, más digna que el sol para servir de símbolo de Dios, puesto que se ilumina a sí mismo con vida visible primero, y después a todos los cuerpos celestes y terrestres".
El Sol, por tanto, tiene una connotación esencialmente positiva: es un símbolo de vida, ilumina y calienta la Tierra, permitiendo el crecimiento y el nacimiento de todas las criaturas que la pueblan, ¡además con su luz hace que todo se manifieste! El Sol es la expresión de la fuerza, de la energía, de la voluntad de manifestarse, de la realización consciente y concreta.
Se cree que el culto a los dioses solares se originó en Asia, pero casi todas las civilizaciones conocidas han tenido una deidad solar. Veamos cuáles son las deidades más conocidas que se asocian con el sol.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
El Sol es un cuerpo celeste central de nuestro sistema solar y ha sido venerado como símbolo de vida, calor y vitalidad en muchas culturas y mitologías. He aquí algunas deidades y dioses comúnmente asociados con el Sol:
- Ra (mitología egipcia): Ra es uno de los dioses solares más importantes de la mitología egipcia. Se le representa como un dios poderoso cuyo símbolo es el disco solar, que representa las cualidades vivificantes e iluminadoras del Sol.
- Apolo (mitología griega): Apolo es el dios griego del Sol, entre otros dominios como la música, la profecía y la curación. A menudo se le asocia con la luz del Sol, la creatividad y el conocimiento.
- Surya (hinduismo): Surya es el dios hindú del Sol, que representa la fuente radiante de luz y energía. Se le suele representar montado en un carro tirado por siete caballos, cada uno de los cuales representa un día de la semana.
- Huitzilopochtli (Mitología azteca): Huitzilopochtli es un dios azteca de la guerra y del Sol. Se creía que exigía sacrificios humanos regulares para asegurar el continuo viaje del Sol por el cielo.
- Amaterasu (Mitología japonesa): Amaterasu es la diosa japonesa del Sol y se considera la antepasada de la familia imperial. Se retiró a una cueva, provocando la oscuridad, pero su regreso devolvió la luz del sol y la vida al mundo.
- Sol Invictus (Mitología romana): Sol Invictus, que significa "Sol Invicto", era un dios romano que simbolizaba el poder invencible del Sol. Este dios adquirió especial relevancia durante el Imperio Romano tardío.
- Inti (Mitología Inca): Inti es el dios inca del Sol y considerado el antepasado de los gobernantes incas. El culto a Inti desempeñó un papel vital en la religión y la cultura incas.
- Lugh (Mitología celta): Lugh es un dios celta asociado con el Sol, la luz y la habilidad. Se le celebra durante el festival de Lughnasadh, que marca la época de la cosecha.
Estas deidades y dioses asociados al Sol representan las diversas interpretaciones culturales de este cuerpo celeste, simbolizando sus cualidades vivificantes, iluminadoras y poderosas. El Sol ocupa un lugar central en las creencias espirituales y mitológicas de muchas civilizaciones a lo largo de la historia.
Contenido
3 Deidades asociadas al Sol
Helios: la deidad solar griega
El nombre original de la deidad griega, el dios del astro solar, es Helios que, según la mitología, es hijo de los titanes Teia e Hiperión y es hermano de Selene, la Luna. Cada mañana, conduciendo el carro dorado del Sol, tirado por cuatro corceles que lanzan fuego por las fosas nasales, se eleva hacia el Este por el río Océano y rodea la Tierra.
Durante el día cruza el cielo de Este a Oeste y por la tarde vuelve a sumergirse pero, esta vez, hacia el Oeste.
Para volver al punto de partida y poder ascender de nuevo desde Oriente, utiliza una barca dorada, dando la vuelta al hemisferio norte. Llegado a su destino, descansa en su magnífico palacio. También se dice que Helios posee siete rebaños de bueyes en la isla de Trinacria, que representan los siete días de la semana, y siete rebaños de ovejas, que representan, en cambio, las siete noches.
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Los dioses del Sol en Egipto: Horus y Ra
Si nos trasladamos al cercano Egipto, encontramos Horus: uno de los dioses egipcios más antiguos, con orígenes que se remontan a la prehistoria africana. La iconografía del dios es muy variada: se le representa como un halcón (lanner o peregrino) o como un hombre con cabeza de halcón.
La representación como halcón es la más antigua y se remonta a cuando los poderes se representaban en forma de animal. Por ello y por sus majestuosos vuelos en el cielo, así como por el significado de su nombre "el Lejano", debían asociarse con el Sol.
En su versión semihumana en la edad adulta, en el apogeo de su vigor combativo y sexual, Horus se convirtió en Horakhti: El Sol en el cenit. Su culto está estrechamente vinculado al del faraón que, cuando está vivo, se considera una manifestación terrenal, mientras que muerto está vinculado a Osiris. La expresión Hor-em-iakhu (que significa "Horus en esplendor") indicaba al faraón fallecido, que él mismo se convirtió -al morir- en un dios entre los dioses.
Entre las imágenes más famosas del Falco-Horus se encuentra aquella en la que aparece posado sobre el respaldo del trono y sus dos alas, abiertas, abrazan la nuca del soberano en gesto protector.
Si en la transliteración de los jeroglíficos Horus significa Halcón, en la versión femenina Horet indica el cielo y, por extensión, Horus también empezó a entenderse como el cielo. En otros casos, se le adoraba bajo la apariencia de Haroeris (Horus el Viejo), un dios celeste imaginado como un inmenso halcón cuyos ojos eran el Sol y la Luna y, cuando estos astros estaban ausentes del cielo, los egipcios creían que este dios era ciego.
Símbolo de luz, calor y prosperidad, Horus no era el único dios del sol: en un período posterior, se le unieron Ra. Se dice que Ra surgió de las aguas, según algunos entre los cuernos del dios Tauro; es un dios autogenerador y compartirá el símbolo, representado por un ojo, con Horus.
El ojo de Ra o el ojo de Horus, aunque idénticos, no deben confundirse: el primero se refería al sol, el segundo tiene significado lunar.
Amaterasu
Aunque estamos acostumbrados a pensar en el Sol como una deidad masculina, no todas las culturas piensan así. En Japón, por ejemplo, la deidad más importante es Amaterasu-ō-mi-kami ("Gran diosa que brilla en los cielos"), generalmente abreviada como Amaterasu, que es la diosa del Sol de la que descienden todas las cosas.
Las leyendas relativas al nacimiento de la diosa del Sol son contradictorias. En Kojiki "Memorias de hechos antiguos", se dice que Amaterasu nació del ojo izquierdo de Izanagi, mientras éste se purificaba en un río tras su visita al mundo. En otros textos, se dice que Izanagi e Izanami crearon las 32 deidades principales, tras abandonar el cielo y establecerse en la Tierra. Entre los kami se encuentra Taiyo no Kami, "Divinidad del Sol", a quien confiaron la tarea de gobernar los asuntos de los cielos.
Sin embargo, otros narran que Amaterasu fue creada a partir de un blanco cobre espejo, sostenida en la mano por Izanagi. Al igual que ocurría con Horus y el faraón, Amaterasu es considerada antepasada directa de la familia imperial japonesa. Hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, debido a esta ascendencia, el emperador era considerado un ser divino. Además, en el Kojiki encontramos un antiguo relato que explica la desaparición del Sol.
Tras una discusión con su indisciplinado hermano Susanoo, dios de la tormenta, destruyó los terraplenes del arroz campos plantados por Amaterasu y obstruyeron sus zanjas.
Amaterasu se retiró entonces a una cueva, sumiendo al mundo en la oscuridad. Las demás deidades le rogaron que saliera, pero sin éxito. Entonces, la diosa Ama-no-Uzume tuvo una idea: colgó un espejo en un árbol cercano y organizó una fiesta.
El baile hizo reír a los demás dioses hasta el punto de intrigar a Amaterasu, que se asomó y, al verse reflejada en el espejo, quedó tan sorprendida que los demás dioses pudieron sacarla de la cueva y convencerla de que regresara al cielo. Todavía hoy se celebra el solsticio de invierno el 21 de diciembre, que coincide con su salida de la cueva.
Estas son las principales deidades asociadas con el sol. Si sientes una conexión especial con nuestra estrella más brillante y con su energía, sin duda puedes trabajar con una deidad que sientas más en sintonía con el sol para dejar que su energía solar te ayude a crear una vida mejor y un oficio más sabio.