Un bálsamo es un ungüento calmante destinado a curar o proteger. Suele ser un aceite o grasa espesada. Hoy en día, los ungüentos se suelen preparar en las cocinas caseras combinando un aceite de hierbas con un espesante como la cera de abejas.
También pueden utilizarse ceras vegetales o un aceite ya sólido a temperatura ambiente. Cada método da como resultado una textura diferente en el producto final y cada ingrediente individual representa sus propias cualidades, beneficios e inconvenientes únicos para la preparación. Las brujas individuales a menudo desarrollan sus propias recetas basadas en sus propias preferencias.
La palabra bálsamo procede de la raíz PIE *selp- haciendo referencia a la medicina hecha de grasa.
La palabra bálsamo también se utiliza metafóricamente para calmar sentimientos y reparar relaciones.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
Los bálsamos son remedios tópicos versátiles que pueden utilizarse para aliviar diversas afecciones cutáneas, como la sequedad, la irritación y los pequeños cortes o quemaduras.
Los ingredientes básicos suelen incluir aceites portadores como el de coco o el de oliva y aditivos naturales como cera de abeja, hierbas o aceites esenciales.
La clave para elaborar un ungüento eficaz es conocer las propiedades curativas de los distintos ingredientes.
Los ungüentos ofrecen un enfoque holístico del cuidado de la piel, combinando el poder de los ingredientes naturales con la comodidad de una aplicación tópica, lo que los convierte en un valioso complemento de su rutina de cuidado personal.
Uso de bálsamos
Los bálsamos se suelen utilizar para proteger la piel de los daños causados por el clima, para curarla o para aplicar medicamentos destinados a ser absorbidos por la piel. Al ser más espesas, las pomadas son más fáciles de usar que los aceites líquidos, más portátiles y menos propensas a derramarse y desperdiciarse.
Bálsamos de dibujo están diseñados para extraer de la piel objetos extraños, toxinas e infecciones. Sirven, por ejemplo, para astillas, aguijones, forúnculos y granos. Una de ellas es bálsamo negro que contiene carbón activado por sus cualidades altamente absorbentes y drenantes. También pueden utilizarse diversos tipos de arcilla por estas mismas cualidades. Además de los ingredientes "atrayentes", se utilizan hierbas calmantes e hidratantes para ablandar la piel y aflojar el cuerpo extraño, y a menudo se incluyen ingredientes antibióticos para evitar daños mayores por infección y favorecer la cicatrización.
Aceites de unción también pueden espesarse en forma de ungüento, lo que las hace más portátiles y fáciles de usar.
¿Cómo hacer un bálsamo?
Solemos empezar con una infusión de aceite para hacer un ungüento en casa. Si se van a utilizar varias hierbas para un ungüento, generalmente se recomienda infusionarlas por separado y combinar los aceites infusionados después de colarlos, en lugar de infusionarlos todos juntos en un frasco.
Ocasionalmente, aceites esenciales se utilizan para añadir una fragancia adicional, o pueden utilizarse en lugar de hierbas frescas.
A continuación, se funde a fuego lento un espesante, como la cera de abejas, se añade al aceite, se remueve y se prueba dejando caer un poco del ungüento sobre un plato frío para comprobar el espesor de la mezcla. Una vez alcanzado el espesor deseado (que varía en función del uso al que se destine el ungüento y de las preferencias personales), el ungüento está listo y puede almacenarse y envasarse.
La mayoría de los bálsamos se conservan entre seis meses y un año en un lugar fresco y seco. Se recomienda un recipiente sólido u oscuro para garantizar la frescura, ya que la luz puede degradar la aceites que componen el ungüento. A menudo se añaden cápsulas de vitamina E a las recetas de ungüentos para prolongar su vida útil.