El uso de hierbas medicinales representa una de las actividades curativas más antiguas de la historia del bienestar humano. Desde la antigüedad, las plantas han sido apreciadas por sus innumerables propiedades y beneficios terapéuticos.
Además, sobre todo en los tiempos modernos, también se utilizan como cosméticos naturales y como una valiosa fuente de ingredientes para utilizar en la cocina. La investigación ha continuado durante muchos años hasta nuestros días.
El hombre no ha dejado de descubrir innumerables plantas a las que asocia propiedades únicas para su bienestar. Exploremos preparados sencillos y curativos para sentirse bien.
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Simples: orígenes y fitoterapia
La fitoterapia es el uso de hierbas medicinales para aplicaciones terapéuticas, utilizando preparados como compresas, decocciones, ungüentos y pociones. Inicialmente arraigada en creencias, la fitoterapia ha evolucionado hasta convertirse en una disciplina científica, influyendo en la medicina tradicional china, india y occidental a través de las prácticas griegas y romanas.
Con el tiempo, la fitoterapia ha perfeccionado la clasificación de las plantas medicinales, especias y aromáticas, mejorando su uso en medicina, cosmética y nutrición. Esta clasificación ayuda al cultivo, garantizando unas condiciones óptimas de crecimiento y un mayor rendimiento de los principios activos.
Las plantas medicinales, conocidas por sus propiedades terapéuticas y efectos secundarios mínimos en comparación con los medicamentos convencionales, pueden recolectarse en estado silvestre o cultivarse. El cultivo permite un mejor control medioambiental, mejorando la calidad y la cantidad de principios activos.
Cada planta requiere métodos de crecimiento específicos, y las duraciones de cultivo varían, incluyendo plantas perennes, anuales y bienales. Las plantas secas deben almacenarse lejos del calor, la humedad y la luz solar para conservar sus propiedades.

Los principios activos para simplificar
Cada planta tiene ingredientes activos específicos que tratan trastornos o patologías particulares. Estos ingredientes se conocen colectivamente como fitocomplejos. He aquí los principales elementos beneficiosos que se encuentran en las plantas y hierbas:
- Polifenoles: Potentes antioxidantes que contrarrestan el envejecimiento celular causado por los radicales libres. Los taninos, un tipo de polifenol, se utilizan para tratar heridas, facilitar la cicatrización de tejidos y reducir la inflamación gastrointestinal. Se extraen de las hojas, la corteza y las raíces.
- Alcaloides: Compuestos a base de nitrógeno que tratan diversas patologías actuando sobre los sistemas nervioso y muscular. Los alcaloides más comunes son la cafeína, la nicotina, la morfina y la mescalina. Tienen potentes efectos estimulantes y deben utilizarse cuidadosamente bajo supervisión médica para evitar interacciones adversas con otros fármacos. Entre las plantas ricas en alcaloides se encuentran el café, el tabaco y el té.
- Aceites esenciales: Estimulan la actividad de la piel y las mucosas, aportando fuerza y resistencia. También tienen efectos expectorantes y fluidificantes, ayudando en la inflamación del sistema respiratorio. Los aceites esenciales se encuentran en la menta, la salvia, el pino de montaña, el anís y el hinojo.
- Flavonoides: Similares a los polifenoles, los flavonoides actúan como antioxidantes naturales. Abundan en el ginseng, la equinácea, el regaliz y el ruibarbo. Los flavonoides contienen glucósidos, que almacenan azúcares simples y complejos.
- Glucósidos: Compuestos con grupos azucarados y no azucarados, los glucósidos tienen propiedades antiinflamatorias, favorecen el tono muscular cardíaco y tienen efectos laxantes.
La eficacia de estos principios activos se potencia cuando se combinan en un único compuesto o en un preparado galénico.
¿Cuáles son las hierbas medicinales más utilizadas para los remedios simples?
Descubramos los beneficios que contienen las plantas medicinales más utilizadas en el mercado.
La naturaleza ofrece una riqueza inigualable de plantas y hierbas con efectos beneficiosos para la salud.
Equinácea: Originaria de Norteamérica, esta hierba perenne tiene propiedades inmunoestimulantes, antiinflamatorias y antibacterianas. Se utiliza para reforzar el sistema inmunitario, tratar heridas y preparar decocciones para uso interno.
Malva: Conocida por sus propiedades emolientes y laxantes, la malva es rica en mucílagos y vitaminas A, C, B1 y E. Es un remedio natural para los trastornos respiratorios y digestivos y también se utiliza en la cocina.
Pasiflora: Esta planta tiene propiedades ansiolíticas y sedantes, ayuda a conciliar el sueño, reduce el dolor menstrual y previene los problemas cardiacos. Puede consumirse en infusión o tintura.
Centella asiática: Conocido para curar heridas y disfunciones autoinmunes, sus hojas se utilizan para mejorar la circulación sanguínea y prevenir la insuficiencia venosa y los calambres.
Ginseng: Muy utilizado en la medicina tradicional china por sus propiedades energizantes, estimula el sistema inmunitario y combate la fatiga.

Caléndula: Utilizada en aceites y cremas hidratantes, la caléndula alivia los dolores menstruales y abdominales y calma afecciones cutáneas como quemaduras y rojeces.
Abedul: Favorece la diuresis, reduciendo el edema renal y cardíaco, y se utiliza en cosmética para contrarrestar la celulitis y el exceso de líquidos.
Eucalipto: Sus hojas tratan el catarro bronquial, el asma y los resfriados. El aceite esencial tiene propiedades balsámicas y expectorantes.
Arándanos: Las frutas reducen la fragilidad capilar y los problemas vasculares. El zumo de arándanos ayuda a la visión y protege los capilares oculares.
Diente de león: Conocida por sus propiedades depurativas, elimina las toxinas y tiene un efecto diurético.

Valeriana: Utilizada contra la ansiedad, el insomnio y las convulsiones, la valeriana es conocida por sus propiedades sedantes y relajantes.
Acónito: Utilizado por sus propiedades analgésicas en homeopatía para tratar inflamaciones, migrañas y dolor de muelas.
Semillas de hinojo: Al contener aceites esenciales, vitaminas y fibra, las semillas de hinojo reducen el dolor abdominal, favorecen la digestión y mejoran la motilidad intestinal.
Espino: Excelente ansiolítico y calmante natural, el espino blanco dilata las arterias para reducir la presión sanguínea y proteger el corazón.

Regaliz: Antiinflamatorio, expectorante y digestivo, el regaliz alivia la garganta, favorece la protección del estómago y aumenta la presión sanguínea.
Ginkgo Biloba: Combate los radicales libres, favorece la oxigenación cerebral y el transporte de glucosa, mejorando la concentración y la memoria, y contrarrestando las enfermedades neurodegenerativas.
Conclusión
En conclusión, las plantas medicinales siempre han representado una ayuda válida en el tratamiento de diversas enfermedades en el ser humano. Hoy en día son cada vez más las personas que prefieren este tipo de tratamientos naturales, sustituyéndolos por los actuales productos de síntesis química presentes en el mercado.
Sin embargo, es importante recordar que las plantas medicinales deben administrarse siempre siguiendo el consejo de expertos formados para evitar posibles efectos nocivos causados por una dosificación excesiva o incorrecta.