En el lenguaje común, la palabra "hex" se utiliza a menudo como sinónimo de las palabras maldición o gafe para referirse a un hechizo hostil destinado a provocar desgracias.
La palabra hexágono deriva de la palabra germánica que originalmente significaba bruja. Alto alemán medio hecse, hexse "bruja". Alemán moderno hexen significa "lanzar un hechizo, embrujar" y el alemán de Pensilvania hexe "practicar la brujería". La palabra está relacionada con el alto alemán antiguo hagazussa "bruja". La palabra no se utilizó para referirse a un hechizo mágico hasta principios del siglo XX.
No tiene nada que ver: Griego antiguo heks "seis" nos da palabras como hexagrama.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
Los maleficios en brujería son hechizos poderosos y complejos arraigados en tradiciones centenarias, que a menudo se utilizan con fines tanto positivos como negativos.
Los orígenes de los maleficios se remontan a diversas prácticas culturales, con influencias de la magia popular europea, la espiritualidad africana y las tradiciones indígenas.
Comprender la mecánica de los maleficios es crucial, ya que suelen implicar el uso de objetos simbólicos, cánticos y técnicas de visualización para concentrar la energía y la intención.
Los componentes de un maleficio pueden incluir objetos como velas, hierbas, cristales y objetos personales, elegidos por su significado simbólico y sus propiedades mágicas.
Contenido
Comprender el hexágono
El maleficio es siempre un acto deliberado, así como el resultado de un ritual mágico realizado mediante el contacto directo de la víctima con el objeto portador del mal.
Por ejemplo, cuando a la víctima se le hace beber o comer algo "embrujado" o "maldito", en este caso, hablamos de un maleficio directo.
O a través de una mala acción realizada sobre un objeto (fetiche, dagida), se denomina maleficio indirecto. En ambos casos, si no se diagnostican a tiempo y se anulan con un oportuno conjuro de magia positiva o una operación de anulación a nivel energético, pueden resultar una auténtica tortura para la persona afectada.
En caso de contacto directo, el maleficio puede operar sobre la víctima a través de influencias negativas producidas por objetos físicos, preparados con fórmulas y ritos de Brujería.
Los objetos pueden, por tanto, colocarse en la casa o sus alrededores, en la oficina, en el coche o en las almohadas.
El objeto puede ser de materia líquida o sólida, y no es muy difícil crear la ocasión para que la persona beba o coma algo preparado al efecto.
Uno de los maleficios más conocidos pertenece a la categoría de los ligamentos de amor, que consiste en invocar la sangre menstrual, disolverla en agua, café, dulces o cualquier otra cosa y ofrecérsela después a la víctima.
Diferencia entre maleficio y maldición
Un maleficio es producto de un hechizo o un ritual en el que se canalizan energías negativas, mientras que una maldición es un deseo de maldad en todos los sentidos, y el sujeto que pretende lanzarla atrae fuerzas nefastas hacia el objetivo. El alcance de la maldición es proporcional a lo profundos que sean los insultos, el resentimiento y el odio del maldiciente.
Los orígenes de los maleficios
Antiguas historias cuentan que el mal de ojo y los maleficios se originaron en el antiguo Egipto, y varios arqueólogos encontraron documentación al respecto en los papiros y en los escritos iniciáticos de magia.
En la antigüedad, se dice que el maleficio era utilizado exclusivamente por brujas para vengarse de hombres o amantes traidores, añadiendo sangre menstrual y hierbas nocivas para vengarse de ese amor nunca correspondido o decepcionado.
La mecánica de los hexágonos
El maleficio y el mal de ojo se siguen transmitiendo en diferentes tradiciones mágicas; la brujería divide el maleficio en dos formas:
- Direct: Magia de conjuro en la que la bruja pone físicamente algo en contacto con la persona a la que va a maldecir, como una prenda, un accesorio, un polvo, un líquido u otra sustancia encantada.
- Indirecto: La bruja utiliza partes de la víctima, como el pelo y las uñas, y las emplea en un fetiche, una marioneta de cera, algodón o cuerda en cuyo interior se introducen elementos de la víctima.
El títere representa a la víctima, de modo que lo que sufra el títere, lo sufrirá la víctima. Normalmente, en el uso de la brujería indirecta, el títere es atormentado con el uso de alfileres y cera caliente.
Evidentemente, crear un maleficio no es tan sencillo; no basta con tener marionetas o poner a la persona en contacto con algo. La bruja que crea maleficios tiene una preparación básica compuesta de ritos y ceremonias, reglas rígidas y particulares.
Atención, creo que lo repetiré hasta la saciedad; personalmente lanzar un hechizo significa practicar magia incorrecta, significa practicar una maldición que, aunque fue una práctica muy extendida en la antigüedad, deja profundos traumas y problemas tanto a quien la practica como a quien la recibe.
La herramienta más importante para quienes practican el uso de maleficios es la fuerza de la visualización y la concentración. Transformar el amor en odio requiere un trabajo agotador y difícil, un trabajo que, sin embargo, entraña grandes riesgos.
La bruja que introduce y crea un hechizo tanto directo como indirecto utiliza el círculo mágico para protegerse de cualquier rebote y leyes kármicas.
Componentes de un hexágono
Componentes | Descripción |
---|---|
Intención | La intención del maleficio, ya sea maldecir, manifestar, proteger o influir en una situación. |
Ritual o conjuro | El ritual o conjuro específico realizado como parte del maleficio, incluidos los pasos y componentes implicados. |
Herramientas e ingredientes | Las herramientas e ingredientes utilizados en el maleficio, como velas, hierbas, cristales o hechizos escritos. |
Cronometraje | La importancia de la sincronización en el maleficio, incluyendo fases lunares específicas, alineaciones planetarias o fechas propicias. |
Visualización | El uso de técnicas de visualización para enfocar la intención y dirigir la energía durante el hexágono. |
Consideraciones éticas sobre el Hexing
Consideraciones éticas | Descripción |
---|---|
Creencias personales | El hexing puede verse de forma diferente en función de las creencias personales y los marcos éticos de cada individuo. |
Karma y consecuencias | Algunos creen que embrujar puede acarrear un karma negativo o consecuencias no deseadas para el embrujador. |
Intención y responsabilidad | La importancia de considerar la intención y el daño potencial causado por el maleficio antes de realizarlo. |
Consentimiento | Los debates éticos giran a menudo en torno al concepto de consentimiento, garantizando que los maleficios estén justificados y justificados. |
Daño frente a protección | Existen diferentes perspectivas sobre los límites éticos del maleficio, que equilibran el daño con la protección. |
Preguntas más frecuentes:
¿Se pueden invertir los hexágonos?
Sí, los hexágonos pueden invertirse.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de lanzar un maleficio?
Lanzar un maleficio puede ser peligroso y arriesgado, ya que trabajas con energías negativas. Podrías experimentar pesadez, incomodidad e incluso una sensación de profunda ira y negatividad.
¿Cómo protegerse de los maleficios?
Mantenerse positivo es fundamental para protegerse de los maleficios. Luego, realizar hechizos de protección, llevar a cabo rituales de protección, entonar oraciones de protección y trabajar con herramientas de protección como talismanes, amuletos y sellos puede marcar la diferencia.
¿Se pueden lanzar maleficios involuntariamente?
No, se necesita una fuerte intención para lanzar un maleficio.
¿Los maleficios son reales o sólo psicológicos?
Los maleficios son bastante reales cuando se trabaja con las energías. Pueden traer malestar psicológico generado por la negatividad detrás del maleficio.
¿Se puede embrujar una casa?
Sí, una casa puede estar embrujada. No es muy común, pero es posible que una casa personal o la tierra de la que uno saca el producto de sus esfuerzos estén "embrujadas" o infestadas por presencias negativas.
Esto puede provocar sentimientos de angustia, dolencias físicas sin motivo aparente y, a veces, incluso ruidos extraños, generados por la caída de objetos. Este fenómeno puede realizarse simplemente extrayendo cualquier parte de la casa (yeso, trozo de alfombra, suelo, etc.) y utilizándola como objeto a embrujar.
Conclusión
Un maleficio es una práctica poderosa que proviene de un lugar de fuerzas oscuras y negatividad. Entender qué es un maleficio puede cambiar la vida para protegerse correctamente de él. Si alguien quiere canalizar energía negativa en una práctica para lanzar un maleficio, debe ser consciente de los riesgos y preocupaciones asociados a ese tipo de artesanía.